lunes, 21 de septiembre de 2009

PRONUNCIAMIENTO SOBRE LA PRIVATIZACION DEL AGUA


PARTIDO NACIONALISTA PERUANO
BASE PROVINCIA DE HUAURA
¡ ¡ NO A LA PRIVATIZACION DE EMAPA - HUACHO Y SUBASTA DE LOS RECURSOS NATURALES !!

El gobierno aprista entreguista y pro imperialista y sus aliados fujimoristas (Keiko) y Unidad Nacional (Lourdes) se han propuesto subastar y rematar a favor de las transnacionales las pocas empresas estratégicas, el patrimonio cultural y los recursos naturales que quedan en el País. Todo ello enmarcado en la política neoliberal, que les garantiza la delincuencial Constitución Política fujimorista de 1993.



El imperialismo y las transnacionales en su voraz apetito de apoderarse de los recursos naturales, tiene como aliado a Alán García, que aprovechando las facultades que le otorgó el Congreso promulgó leyes anticonstitucionales y anti peruanas en contra de las comunidades amazónicas y campesinas, que devino en un enfrentamiento y luctuosos sucesos en la “Curva del Diablo” de la Provincia de Bagua del Departamento de Amazonas.


El agua se ha convertido en el mundo el elemento más codiciado, que el imperio y las transnacionales le han “puesto el ojo” y que a través de los gobiernos títeres o mediante la fuerza de las armas tratarán de apropiarse, como invadieron a Irak para apoderase del petróleo. Alán García ya les facilitó el camino decretando leyes, y si el pueblo no logra derogarlos, muy pronto, dentro de 20 años a las transnacionales le estaremos comprando agua (el oro blanco) en bolsitas.


En este contexto se enmarca la lucha de los trabajadores de EMAPA-Huacho, que se han colocado a la vanguardia en defensa del AGUA, que es un Derecho Humano, que no puede estar en manos privadas, que solo busca lucro y no servir a la sociedad. Ahí tenemos como ejemplo los servicios de la telefónica y edelnor en manos de españoles y chilenos, que brindan los servicios más caros de América Latina y el Caribe.



EMAPA es una Empresa Pública, y los Alcaldes tienen que demostrar que son capaces de administrarla. Si no son capaces de administrar bien una sola empresa, mal harían en buscar su reelección, aspirar a la región o postular al Congreso de la República.


Exigimos a los regidores y al Sr. Alcalde Provincial, convocar a Sesión Extraordinaria de Concejo para APROBAR LA NO PRIVATIZACION DE EMAPA. Del mismo modo demandamos a los concejeros y al Presidente de la Región, tomar acuerdos en el mismo sentido, en defensa de la vida y de los derechos humanos.


Expresamos nuestro RECONOCIMIENTO y SOLIDARIDAD al Sindicato de Trabajadores de EMAPA. Le extendemos el incondicional apoyo de nuestros Congresistas de la República para impedir el intento inhumano y privatizador de la Empresa Pública EMAPA. Asimismo, estamos totalmente de ACUERDO que se constituya el FRENTE DE DEFENSA para defender EMAPA, el derecho a la Vida y la Dignidad de nuestro Pueblo. Para defender a los productores agrícolas del Valle de Huaura-Sayán-Irrigación San Felipe y Peñico. A nuestros hermanos de Andahuasi. Para defender el Derecho a la Vida y la Salud del Pueblo de Végueta. Para Defender la Universidad de Huacho, la Gratuidad de la Educación y la Salud. Para defender la vida de los moradores de los Asentamientos Humanos y ciudadanos afectados por la “carretera de la muerte”. Para luchar contra la corrupción en el Gobierno Regional y los Municipios.


Huacho, setiembre 14 de 2009.


¡ LOS DERECHOS NO SE NEGOCIA, NI SE VENDE !


¡ EL AGUA SE DEFIENDE !






La Secretaría de Prensa




miércoles, 16 de septiembre de 2009

Critican comisión de caso Doe Run

Especialistas cuestionaron las conclusiones de la Comisión Multisectorial para el caso de La Oroya, en las que recomiendan que el Ejecutivo otorgue un plazo de 20 meses para que la empresa Doe Run Perú, titular del complejo metalúrgico de La Oroya, culmine la construcción del proyecto “Planta de Ácido Sulfúrico y Modificación del Circuito de Cobre”, parte del Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).
El economista José de Echave lamentó que la comisión recomiende favorecer a Doe Run cuando no hay garantías de que esta empresa vaya a cumplir. “Mientras que no haya rentabilidad de la empresa ¿cómo garantizar que Doe Run va a cumplir esta vez? No hay banco que esté dispuesto a otorgarle créditos”, dijo a LA PRIMERA.
Agregó que el gobierno ha reducido el problema de La Oroya a la construcción de una planta cuando la situación abarca muchos aspectos. “Recordemos que el Estado peruano ha sido acusado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por desproteger la salud de los pobladores de La Oroya”, refirió.
El ex miembro de la Comisión Técnica de La Oroya de la Red Muqui, Juan Aste, opinó que la única solución posible para el caso Doe Run es que la junta de acreedores de la empresa se haga cargo del complejo metalúrgico.
Aste afirmó que los “informes técnicos” que Doe Run utiliza para asegurar que ha reducido sus niveles de contaminación pertenecen a la misma empresa, por lo que carecen de credibilidad, pues “los únicos informes válidos son los de Osinergmin y Digesa”.

 
Leonardo Caballero
Redacción

viernes, 11 de septiembre de 2009

LA REVOLUCION FRUSTRADA


El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende, al frente de la Unidad Popular (una coalición en­cabezada por los partidos Socialista y Comunista e integrada por un pequeño partido burgués, el Radical), ganó las elecciones presidenciales chilenas, lo que tuvo una inmensa repercusión internacio­nal. La vanguardia obrera y popular miraba con gran expec­tativa lo que ocurría en Chile. Sectores de la izquierda re­formista y, especialmente los partidos comunistas, procla­maban el avance de la "vía pacífica al socialismo"

El 24 de octubre, con el voto de los representantes de la Unidad Popular (UP) y de la Democracia Cristiana (DC), el Congreso de Chile confirmó al socialista Allende como pre­sidente. Los partidos patronales —el Partido Nacional (PN) y DC— tenían, sumados, mayoría en el Congreso. Pero De­mocracia Cristiana, con base electoral en la clase media, hubiera estallado en pedazos si en ese momento se unía a la derecha oligárquica representada por el PN para votar contra Allende, tal como se lo permitía la elección indirecta fijada por la Constitución.



El triunfo de la Unidad Po­pular y la asunción de Allende se explican por el contexto de grandes luchas obreras, estudiantiles y po­pulares en Chile y en todo el Cono Sur. Durante la campa­ña electoral no pasó un día sin que estallara una huelga o hubiera ocupación de te­rrenos urbanos o fundos ru­rales, hubo un paro nacional 55 días antes de las elec­ciones y la primera huelga nacional campesina. En Bo­livia, el ascenso minero, campesino y estudiantil seguía su crecimiento y se re­unía la Asamblea Popular. Un año antes había sido el Cordobazo en Argentina, que hirió de muerte a la dic­tadura de Onganía.

El imperialismo y la bur­guesía chilena tuvieron que aceptar el triunfo electoral de Allende por temor a pro­vocar un choque frontal con la clase obrera, movilizada en sus poblaciones y fábri­cas y en 15 mil comités de base de la UP. En esa situa­ción se produjo una divi­sión en la patronal chilena. Un sector, representado fundamentalmente por la DC, coincidía con partes del programa de la UP, con la nacionalización del cobre y otras medidas que pusie­ran algún limite a la rapiña imperialista.



MEDIDAS ANTIIMPERIALISTAS Y MOVILIZACIÓN POPULAR

Las primeras medidas del gobierno de Allende le die­ron inmensa popularidad: aumento de salarios de 35%, reparto de medio litro de teche diaria para cada niño, disolución del odiado Cuerpo Móvil de Carabine­ros, represor de las movili­zaciones.

En diciembre de 1970 se inició la nacionalización de los bancos que, ya estatiza­dos, llegaron a controlar 90% del crédito. Además, 90 fábricas pasaron a la esfera social. Estas fábricas con­centraban 18% del empleo industrial y 20% de la pro­ducción; aumentó la cons­trucción de viviendas popu­lares y disminuyó la desocu­pación a 3,8%. En el campo, se aceleró la reforma agraria comenzada el gobierno an­terior; en menos de dos años, se expropiaron 2 mil 500 fundos por la presión directa de la movilización campesina, en especial de los indios mapuches que re­cuperaban así sus tierras ancestrales.

Las medidas de más pe­so económico fueron la na­cionalización del cobre y otros minerales: cemento, hierro, carbón, salitre... que fueron vistas como legítimas conquistas por el movi­miento obrero y popular que presiona por lograr más y más. Los obreros ocupan fábricas y pasan a controlar­las, los campesinos ocupan las tierras sobrepasando las expropiaciones legales.En las elecciones munici­pales de marzo de 1971, la UP logra mayoría absoluta: 50,9%.



LA CRISIS Y LOS LÍMITES DEL GOBIERNO DE LA UP

Pese a estas medidas y pe­se al masivo apoyo popular que logró en su primer año de gestión, el gobierno de Allende no se apoyó en el movimiento obrero y popu­lar para enfrentar la resis­tencia imperialista y burgue­sa ante el inevitable choque de clases.

El PS y el PC, aunque dieron una serie de pasos para mejorar las condicio­nes de vida obreras y popu­lares, pusieron el centro en el acuerdo con sectores burgueses, las Fuerzas Ar­madas y la DC, con una polí­tica "frente popular", es de­cir, de reformas y concilia­ción de clases. Así, al asu­mir el gobierno, la UP acor­dó con la DC no tocar al oli­gárquico sistema judicial, ni a las Fuerzas Armadas. El gobierno de Allende cum­plió escrupulosamente ese acuerdo hasta sus últimos días, incluso cuando la DC, los jueces y los militares eran ya abiertamente gol-pistas.

A finales de 1971 comien­za la contraofensiva impe­rialista. El precio del cobre, principal exportación chile­na, se derrumba en el mer­cado mundial. Estados Uni­dos adopta medidas de blo­queo contra Chile por la na­cionalización del cobre y por la no renegociación del pago de la deuda externa, una moratoria de hecho en los pagos. La burguesía chi­lena comienza a llevarse sus capitales al exterior y a boicotear abiertamente la economía nacional. Desa­parecían los alimentos y abastecimientos del merca­do con precios controlados y reaparecían en un gigan­tesco mercado negro que sumió a la economía en el caos.

Al profundizarse la crisis económica y social, a finales de 1972 comienza a perfi­larse claramente un movi­miento golpista. En octubre de 1972, un paro nacional de camioneros, dirigidos por la ultraderecha, agrava el pro­blema de desabasto. La úni­ca forma de impedir el caos económico provocado por la burguesía era con enérgicas medidas de expropiación y castigo a los especuladores. Los trabajadores estaban dispuestos. Se formaron mi­les de Juntas de Abasteci­mientos y Precios para con­trolar, organismos de poder como los Cordones Indus­triales que ocupaban y admi­nistraban empresas, y tam­bién surgieron los Coman­dos Comunales.

En Concepción, segunda ciudad industrial del país, se formó la Asamblea Popu­lar, que reunió a toda la iz­quierda, excepto al PC, y a centenares de organizacio­nes obreras, estudiantiles, barriales y campesinas de la región.

Mientras la clase obrera se preparaba para enfrentar a la contrarrevolución, el go­bierno de la UP la frenaba. Se oponía a extender las ex­propiaciones. Por el contra­rio, ante exigencias de la DC reajustó su plan original y ordenó devolver empresas ya expropiadas a sus due­ños anteriores. Lejos de apoyar el desarrollo de los nacientes organismos de poder obrero y popular para dominar la distribución de alimentos y acabar con el mercado negro, le da más poderes a las Fuerzas Ar­madas, decreta el toque de queda y le da tres ministe­rios a los militares. Sin em­bargo, nada de eso impidió que la DC se sumara a la conspiración.

Estas medidas, lejos de apaciguar a los golpistas, como esperaban los dirigentes de la UP, los envalento­naban. El caos económico continúa y grandes sectores de la clase media, desespe­rados por la crisis y por no ver ninguna salida, se vuel­can hacia los militares.



¿QUÉ FUERON LOS CORDONES INDUSTRIALES?

Entre los organismos que formaron los trabajado­res chilenos en el rico y convulso período de gobier­no de Salvador Allende, se destacaron los cordones in­dustriales, que surgieron como una coordinadora de los sindicatos de fábrica de una determinada zona y pronto agruparon también a juntas vecinales, las Juntas de Abastecimientos y Pre­cios (JAP) que controlaban la comercialización, centros de estudiantes, de madres, y otras organizaciones popu­lares de base.

Así cada cordón fue un organismo representativo obrero y popular en cada zona, que comenzaron a tener poder. Había empresas me­talúrgicas y mineras nacio­nalizadas que funcionaban bajo control obrero. Durante la crisis de octubre de 1971, cuando la patronal lanzó el boicot económico en gran escala contra el gobierno, muchas otras empresas pri­vadas fueron tomadas por los trabajadores y comenza­ron a producir bajo control obrero.

Todo esto se logró con la fuerza de la base y el activis­mo, pero sin ningún apoyo de los partidos Comunista (PC), Socialista (PS) o de la Central Única de Trabajado­res (CUT), cuyas cúpulas se oponían a los cordones.

Armando Cruces, obrero y militante socialista, descri­bía así lo que ocurría: "La organización de un cordón industrial cuesta mucho. Hay que tomar en cuenta que manejar 350 empresas es una situación muy difícil. Y que esto lo estamos ma­nejando solamente trabaja­dores, no dirigentes de la CUT. ¡Jóvenes!... el compa­ñero que le habla tiene 26 años, soy presidente del sindicato de Elecmeta! y soy presidente del Cordón Vicu­ña Mackenna... Hay proble­mas todos los días, por cul­pa del reformismo. Donde los compañeros toman una empresa y el gobierno orde­na devolvería y los compañeros llegan a los dirigentes del cordón... Como nosotros somos un germen de poder popular y vamos a amparar a nuestros hermanos de clase, hacemos movilizaciones contra el gobierno, cuando el gobierno toma una posición reformista, una posición de transar con el enemigo, de adorar a los milita­res"

Tanto los dirigentes del PC, del Movimiento de Iz­quierda Revolucionaria y de la CUT hicieron todo lo posi­ble para mantener a los cor­dones en una posición subordinada y se opusieron te­nazmente a su centralización, logrando impedirla; decían que era "paralelismo" con la CUT. Los militares golpistas de 1973 se ensañaron parti­cularmente con los dirigen­tes y delegados de los cordo­nes industriales. Sabían que ahí estaba el germen de po­der obrero que, si se exten­día y profundizaba, si se do­taba de una dirección, podía terminar con el capitalismo chileno y también con la po­drida casta militar.



LA LUCHA DE LOS MARINOS DE VALPARAÍSO CONTRA EL GOLPE

En junio de 1973 se dio el primer ensayo golpista: el Tancazo, Para justificar la formación de un nuevo gabinete minis­terial con más militares, el presidente Salvador Allende declaró "Llamo a este gabinete el Gabinete de Seguridad Nacional. Tiene por tarea defender a Chile, impedir que se se­pare al pueblo del Gobier­no y a! pueblo de las Fuerzas Armadas. Este Gabinete tiene que impo­ner el orden político" (El Siglo, diario del PC, 12 de agosto de 1973).

El mismo diario del PC editorializaba contra "denuncias irresponsables que... distraen a las Fuer­zas Armadas y de Orden de sus patrióticas funcio­nes de resguardo y protec­ción de las riquezas nacio­nales y de los trabajadores que las producen..."

¡Esto estaba dicho cin­co semanas antes del fatí­dico 11 de septiembre, y cuando ya estaba muy cla­ro en ese momento el papel golpista de sectores de los altos mandos de las Fuer­zas Armadas. Ya había ha­bido allanamientos contra los Cordones Industriales e, incluso, enfrentamientos violentos. Ya organizacio­nes de suboficiales denun­ciaban la conspiración en curso. Ingenuamente, el propio Allende puso a Au­gusto Pinochet al mando del Ejército...

Los militares no eran ho­mogéneamente golpistas. Por el contrario, días antes del golpe, Pinochet y sus secuaces tuvieron que deshacerse del general Jor­ge Prats, del almirante Montero, y de siete genera­les de los Carabineros, por­que se oponían al golpe.

Este sentimiento era mu­chísimo mayor en la base de las Fuerzas Armadas. Existieron importantes mo­vimientos de suboficiales, como en Valparaíso y Talcahuano, donde el sargen­to Juan Cárdenas organizó a los suboficiales antigolpistas. En julio, los marinos de Cárdenas descubrieron que se preparaba el golpe en la Armada y lo denun­ciaron a los partidos de la UP. Pero Cárdenas y sus compañeros fueron encar­celados y torturados por sus superiores golpistas. El resto de los marineros hicieron un día de huelga de hambre, pero ni los par­tidos de la UP ni el gobier­no levantaron un dedo para defender a los marinos antigolpistas: por el contrario, elogiaban públicamente a los altos mandos.



EL GOLPE Y LA DERROTA

A comienzos de 1973, la mayoría de la pa­tronal conspira para de­rrocar a Salvador Allende. Se forma la .Confedera­ción Democrática que une a los sectores políticos patronales, el Partido Na­cional, de derecha y abiertamente progolpista, con la Democracia Cris­tiana, encabezada por Eduardo Frei. El golpismo tiene apoyo social popu­lar en sectores crecientes de la clase media.

La embajada de Esta­dos Unidos, siguiendo instrucciones directas de Henry Kissinger, mueve los hilos de la conspira­ción, como se vino a con­firmar con la publicación de do­cumentos de la CÍA de la época.

Como respuesta al Tancazo, hubo una im­presionante movilización obrera. Fueron ocupadas todas las fábricas que comenzaron a ser contro­ladas por los cordones industriales. Los campe­sinos ocuparon fundos y cortaron caminos. En al­gunos cordones indus­triales se comenzaron a fabricar y almacenar ar­mas; suboficiales de la Armada se organizaron para enfrentar al golpe. Al frente de estos orga­nismos había una nume­rosa y combativa van­guardia que iba más allá o directamente desacata­ba a las directivas conci­liadoras de la UP. Sin embargo, esa vanguardia no logró formar su pro­pia organización política que propusiera una alter­nativa revolucionarla a las masas a fin de aplas­tar al golpismo y luchar por un gobierno de los trabajadores.

Había condiciones para aplastar a los golpistas. Si el gobierno (Allende) y fundamentalmente el PC y el PS hubieran alentado y per­mitido la organización de los soldados, oficiales y suboficiales leales, si hu­bieran Impulsado la organización y armamento de los cordones industriales, el golpe hubiera sido aplastado.

Pero el gobierno y la UP hicieron todo lo con­trario. Incorporaron a más militares al gabinete, elogiaron públicamente a las Fuerzas Armadas e Impulsaron la aplicación de la ley de control de ar­mas por la cual unidades militares con helicópte­ros y armamento de gue­rra allanaban, con órde­nes firmadas por los jueces progolpistas, Cordo­nes Industriales y vivien­das obreras, requisando armas y para intimidar a los trabajadores que se organizaban. Allende y la UP llaman a la población a confiar en las Fuerzas Armadas, en lugar de convocarla a organizarse para enfrentar a los gol­pistas. Permiten sin mo­ver ni un dedo que encar­celen y torturen a los ma­rinos antigolpistas de Valparaíso y Taicahuano.

Asi, el 11 de septiem­bre, las Fuerzas Armadas encabezadas por Pinochet se lanzan contra los barrios obreros asesinan­do a miles, atacan el Pala­cio de La Moneda —sede del gobierno nacional— y asesinan a Allende y a una veintena de sus se­guidores que resisten a balazos el ataque. Millo­nes de trabajadores, des­armados y desorganiza­dos, sufren la terrible re­presión militar.

La muerte heroica del presidente Allende mues­tra en primer lugar un gran coraje y honestidad personal. Salvador Allende será siempre recordado y respetado como un presiden­te que murió fiel a sus ideas (la conciliación) y enfrentando a su manera a los golpistas.

Pero lamentablemente muestra también que la política del PC y el PS, la concepción reformista y de acuerdo con la burgue­sía, era suicida. Lo era también no confiar en los trabajadores y en el pue­blo, así como llamarlos a confiar en las Fuerzas Ar­madas.

Las consecuencias fueron terribles para el pue­blo chileno: una sangrien­ta derrota, con más de 3 mil asesinados y desapa­recidos, decenas de miles de presos y torturados, centenares de miles de exiliados. El país se con­virtió en campo de prue­bas de la aplicación a ra­jatabla del programa eco­nómico neoliberal de los Chicago boys que des­pués se aplicaría a escala internacional.

domingo, 6 de septiembre de 2009

El otro cáncer de CESAR HILDEBRANDT

Hay varios tipos de cáncer. Del que no se habla es del cáncer al alma.

Se trata de un tumor abstracto que te impide elaborar valores, que bloquea la llamada enzima del prójimo, que envenena la memoria, que te suprime todo pulso de gratitud y que te ciega para mirarte tal como eres.

Es un cangrejo de luz, pero de luz neón. Es un bicho pálido de tiza que te hace acatar la voz del animal que llevas dentro. Al final de su diseminación, el cáncer del alma logrará que el intestino grueso se llene de neuronas, que el lóbulo frontal del cerebro se sumerja en jugo gástrico y que el superyó sea expulsado con la orina.

Las almas con cáncer son como el salón de “Un lugar sin límites”, aquel famoso relato de José Donoso. O sea que hay una luz viciosa, unos hombres que beben sin destino y unas putas que bailan sin gracia.

El cáncer del alma no tiene que ver con la muerte física, que es una verificación que hacen los notarios y, en algunos casos, los médicos forenses. Tiene que ver con el hecho de que el paciente haya extraviado el norte magnético y se haya dejado devorar por lo oscuro.

Un caso de alma cancerada hasta hacer inútil al cobalto es, ejemplarmente, el de Alberto Fujimori.

En efecto, en 1990 Fujimori era la multitudinaria promesa de un gran cambio. Venía de los partidos pero se enfrentaría a ellos, venía de la tradición populista pero afrontaría los desafíos con nuevas miras.

¿Y en qué terminó la epopeya oriental de este nuevo salvador de la patria?

El hombre que clamaba contra la insuficiencia de la democracia de los 80 terminó masacrando la democracia a secas.

El hombre que hablaba de la corrupción como una lacra terminó defendiendo a un corrupto y ocultando, detrás del Estado, su propia corrupción.

El hombre que prometió trabajo produjo el ciclo de destrucción de empleo más largo de los últimos años.

El hombre que se enfrentó a la derecha banquera, que había rodeado a nuestro pesar a Mario Vargas Llosa, terminó perdonando a los Picasso y entregándole 210 millones de dólares al quebrado Banco Latino.

El hombre que denunciaba la conspiración de los medios de comunicación en contra de la verdad, terminó instaurando la imbecilidad moral en la televisión secuestrada y la sífilis de la inteligencia en la prensa escrita que manejó a través del gordo Bressani.

El hombre que se irguió como el mayor enemigo del terrorismo terminó rodeado por los autores intelectuales del peor terrorismo de Estado.

Eso es cáncer. Del alma. En fase terminal.

El hipotético retorno del fujimorismo al poder querría decir que el Perú sigue siendo lo que su extensa hoja clínica insinúa: un país que disfruta del malestar, un mártir insaciable.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

CESAR HILDEBRANDT


Compre peruano (¿dónde?)



Yo también quiero comprar peruano. El problema es que me rompo la cabeza y sólo encuentro a Sapolio como ejemplo.

Es interesante que el doctor García recuerde que hay industria nacional y mercado interno justo en el momento en que la crisis internacional puede resentir las exportaciones y alterar la tasa de ganancia de los barones de Adex. En esa lógica, vamos a tener que atragantarnos de espárragos.

Es como si el Presidente dijera: "peruanos, ayuden a sus empresarios que ya no pueden colocar todas sus mercancías en el exterior; acabo de reparar en el hecho de que el Perú existe todavía y de que no era cierto que se lo había llevado un viento global".

¿Vamos a Ripley a comprar peruano? ¿No es chino todo allí? ¿Y no es chino en Saga? ¿Chino y reetiquetado?
¿Ayudará a la causa comprar una lata de atún Florida, ese que alguna vez fue peruano?
¿En la chilena Sodimac habrá cosas peruanas? ¿O en la americana Home Center?
Y si me enfermo mucho, ¿a qué farmacia voy a consumir productos peruanos? ¿A la chilena Fasa? ¿A la chilena Inkafarma?
¿O quizá en la chilena Wong encuentre lo que espero?
¿Si viajamos por la empresa LAN, colaboramos? ¿O será mejor en la costarricense TACA?
Y si hablo mucho por teléfono, ¿hago patria? ¿Con Telefónica, con Claro, con Néxtel, o sea Cortés y Moctezuma en brutal combate?
Y si recorro más la ciudad, ¿dónde me abastezco de gasolina para complacer al señor presidente de la República? ¿En la española Repsol o en la mitad chilena Prímax? ¿Dónde, en qué kilómetro de qué carretera queda el centro de servicios Petroperú más cercano?
Y si tomo más cerveza, ¿a quiénes prefiero? ¿A los anglosudafricanos de Cristal, Pilsen y Cusqueña? ¿O me pongo regional y elijo a los belgabrasileños de Ambev? ¿O me pongo viajerazo y me tomo una Corona mexicana fabricada en Chile? ¿O ultramarino y me tomo una italiana Peroni fabricada en Lima por los anglosudafricanos dueños de la Backus?
¿Comeré muchos helados Donofrio hechos por la suiza Nestlé? ¿O me bañaré más de la cuenta con jabón Lux o jabón Rexona del grupo angloholandés Unilever?
¿O me hincharé de Inca Kola, firma cuyo 60 por ciento de acciones fue comprado, en 1999, por The Coca Cola Company, que pagó 300 millones de dólares por la operación?

¿Los zapatos más baratos no están en Payless? ¿O en la checa Bata?

¿O me mudo a Arequipa para encender la luz y favorecer a la colombiana REP, que acaba de potenciar la línea Mantaro-Socabaya?

¿O le pido un autógrafo al lobista estadounidense PPK? ¿O envío un S.O.S. a la Apec?

¿Cómo colaboro con usted, doctor García?

¿Me voy a Collique a ver cómo han extraído los chilenos y su amigo Pepe Graña el busto de Quiñones mientras mastico un chocolate Costa?

Doctor García: usted es redundante. Eso de "compre peruano" ya se lo había dicho usted antes a sus amigos chilenos. Ahora es un poco tarde como mensaje "de bandera", señor Presidente. Porque para dar mensajes de bandera hay que creer en la propia.

resultados de la ultima encuesta

¿APRUEBA O DESAPRUEBA EL GOBIERNO DE GARCIA
APRUEBO 20%
DESAPRUEBO 80%

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