domingo, 22 de noviembre de 2009

GARCIA LO HIZO MAL



Mientras el presidente García -buscando un golpe de efecto para recuperar la popularidad perdida- promovía en todo el continente un cándido pacto de no agresión y limitar los gastos militares, se descubre en Lima el espionaje de Chile. Es el ridículo monumental en el que queda lo que empuja a García a reaccionar como lo viene haciendo.
¿Qué ha trascendido de sus primeras palabras? Que son “repulsivas” las prácticas de espionaje y que debemos sentirnos orgullosos porque eso quiere decir que nos tienen envidia porque su modelo asegura el mayor desarrollo de Latinoamérica. Además del autobombo ¿Qué medidas concretas ha tomado? ¡NINGUNA!
Pretende, eso sí, sacar partido de esta situación y convocar a la “unidad nacional” en torno al gobierno. ¡No hay que caer en la trampa!
Tan traidor a la patria es el espía FAP que vendió secretos militares a Chile como el que vende nuestros recursos estratégicos al país sureño y nos encadena con un TLC que facilita el expansionismo chileno y prepara las condiciones para que use su fuerza militar en defensa de sus intereses más allá de sus fronteras como pregona la cúpula castrense de Chile.
Tampoco la salida es la respuesta militarista que clama por la compra de armas para las FF.AA. de Perú. Primero, en todo caso, tenemos que asegurarnos que haya una recomposición moral de las Fuerzas Armadas. ¿Acaso podemos olvidar las compras inservibles y fraudulentas que se hicieron durante el conflicto con el Ecuador o la corrupción que campea en los cuarteles? ¿Será posible ignorar que durante más de una década esas Fuerzas Armadas estuvieron sometidas a un régimen dictatorial, corrupto y entreguista?
Lo que hace falta es tomar medidas concretas como dejar sin efecto el TLC con Chile y dar marcha atrás en la privatización del puerto de Paita a un favor de un consorcio con capitales chilenos. Eso para empezar.
Y lógicamente replantear nuestra política internacional que nos ha llevado al aislamiento y a la confrontación con los países hermanos del continente, salvo Colombia que se prepara justamente para bombardear toda posibilidad integracionista para que Latinoamérica siga siendo el patio trasero de los EE.UU.
La integración latinoamericana es todo lo opuesto al militarismo y la única garantía para frenar el expansionismo de la cúpula militar y la oligarquía chilena.
Pero un cambio de rumbo ya seria mucho pedirle al gobierno de García. Para avanzar en esa dirección habrá que tener otro gobierno que ponga por delante los intereses del país y no se someta a la derecha criolla que cuida sus bolsillos antes que el interés nacional.

Tito Prado
Asuntos Internacionales COAAP - PNP

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